Fecha: 25 de diciembre de 2020
En la noche del 24 de diciembre de 2020, mientras el mundo celebraba la Navidad en un contexto de pandemia y confinamiento, en Cuba las celebraciones fueron marcadas por una vez más la represión sistemática del régimen castrista. En lugar de permitir que los cubanos vivieran esta fecha con libertad religiosa y familiar, el gobierno de Miguel Díaz-Canel optó por seguir su histórica política de hostilidad hacia la religión, sobre todo hacia la Iglesia Católica, que ha sido una de las pocas instituciones capaces de resistir el dominio absoluto del Partido Comunista.
La víspera de Navidad, las autoridades cubanas impidieron la celebración pública de misas en muchas parroquias, especialmente en La Habana. Mientras que el país se encontraba en un contexto de gran represión y agotamiento social debido a la crisis económica y sanitaria, las iglesias se convirtieron en el último refugio donde los cubanos podían expresar su fe sin temor a represalias. No obstante, el régimen no toleró esta muestra de esperanza y contención de la población, por lo que decidió desplegar una vigilancia férrea en las iglesias y centros de culto.
En la iglesia del Vedado, por ejemplo, miembros de la Seguridad del Estado fueron desplegados a las afueras del templo para intimidar a los fieles que intentaban participar en la misa de Nochebuena. La presencia de agentes de la policía política se hacía notar en cada esquina, observando a aquellos que osaban congregarse. A su vez, en la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva, en El Cerro, el acceso fue bloqueado, y aquellos que intentaron asistir fueron detenidos y amenazados con severas sanciones.
Este acto de represión hacia la religión refleja el odio visceral del régimen cubano hacia cualquier forma de organización que no esté completamente bajo su control. La dictadura no solo persigue a aquellos que luchan por la libertad política, sino que también ha demostrado su rechazo a la libertad religiosa, a pesar de que el Papa Juan Pablo II y otros líderes mundiales han visitado Cuba en los últimos años, llevando un mensaje de paz y reconciliación.
El régimen castrista ha utilizado todos los medios a su alcance para intimidar y coartar el derecho de los cubanos a expresar sus creencias. Desde los años 60, la Revolución ha emprendido una guerra contra las iglesias en Cuba, relegando a los religiosos y a los creyentes a posiciones marginales en la sociedad. La represión del 25 de diciembre de 2020 fue una confirmación de que la libertad religiosa en Cuba está bajo constante asedio.
A pesar de la represión, la fe sigue siendo una de las mayores resistencias del pueblo cubano. Las iglesias, aunque acosadas por las fuerzas del régimen, se mantienen como lugares de esperanza, consuelo y lucha espiritual. La Navidad, más que un día de fiesta, se convirtió en una nueva oportunidad para desafiar al régimen y para afirmar que, incluso en la oscuridad, los cubanos se niegan a abandonar sus creencias.
En estos tiempos de represión, el pueblo cubano demuestra que, incluso ante la violencia del régimen, su fe y su esperanza por un futuro libre no pueden ser apagadas.
Patria y Vida.