Fecha: 27 de noviembre de 2020
Hoy, Cuba despierta conmocionada tras los eventos que se desarrollaron anoche en La Habana. Luis Manuel Otero Alcántara, artista y líder del Movimiento San Isidro (MSI), ha sido nuevamente detenido de manera arbitraria por el régimen cubano, evidenciando la desesperación de una dictadura que no tolera el arte ni la disidencia.
El MSI, fundado para resistir la censura cultural impuesta por el Decreto-Ley 349, se ha convertido en un símbolo de lucha pacífica contra el castrismo. Luis Manuel, junto con otros activistas, inició una huelga de hambre para exigir la liberación del músico Denis Solís, quien fue arrestado y condenado en un juicio exprés por “desacato”, un cargo habitual del régimen para criminalizar a los opositores.
Durante días, el MSI permaneció acorralado en su sede en La Habana Vieja, rodeado por la policía política. A pesar de la falta de agua, electricidad e internet, los activistas lograron mantener informada a la comunidad internacional. Sin embargo, en la noche del 26 de noviembre, agentes del régimen irrumpieron violentamente en el lugar bajo el pretexto de “controles sanitarios”. Luis Manuel y sus compañeros fueron golpeados y arrestados, mientras el gobierno intentaba desvirtuar su lucha con acusaciones absurdas de “mercenarios” y “agentes del imperialismo”.
Lo ocurrido anoche no es un hecho aislado. Es parte de una estrategia sistemática para silenciar a quienes desafían al castrismo desde el arte y la cultura. Luis Manuel Otero Alcántara no es un criminal; es un artista que representa a miles de cubanos que ya no están dispuestos a callar.
Hoy, cientos de jóvenes y artistas cubanos se han manifestado frente al Ministerio de Cultura en solidaridad con el MSI, exigiendo libertad de expresión y respeto a los derechos humanos. Por primera vez en décadas, un sector significativo de la sociedad ha enfrentado al régimen de manera abierta, demostrando que la cultura también puede ser un arma contra la opresión.
La dictadura, fiel a su naturaleza, intentará desacreditar este movimiento. Pero el mensaje es claro: los artistas, los jóvenes y el pueblo cubano están perdiendo el miedo, y el castrismo lo sabe. Luis Manuel Otero Alcántara y el Movimiento San Isidro son la prueba de que la resistencia es posible, incluso en un sistema diseñado para aplastar toda disidencia.
Patria y Vida.