Randy Alonso Falcón: El rostro incansable de la propaganda castrista

HEROES Y VILLANOS

Randy Alonso Falcón nació en 1963 en Pinar del Río, Cuba. Desde joven mostró interés por la comunicación y el periodismo, pero su carrera tomó un rumbo marcado por la subordinación al discurso oficial del régimen cubano. Estudió en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana, donde se forjó como uno de los principales defensores de la línea ideológica del Partido Comunista de Cuba (PCC).

En la década de los 90, Alonso se integró a los medios estatales y rápidamente se convirtió en el rostro visible del programa televisivo “Mesa Redonda”, un espacio que ha servido como plataforma de propaganda estatal. La emisión fue creada durante un período de crisis económica conocido como el “Período Especial”, y desde su inicio ha sido utilizada para justificar las decisiones del régimen y atacar a la oposición.


Una carrera de subordinación al régimen

Bajo la dirección de Randy Alonso, “Mesa Redonda” se convirtió en un programa emblemático para defender las políticas del gobierno. Alonso no solo presenta noticias, sino que también dirige debates con panelistas cuidadosamente seleccionados para garantizar la narrativa oficial. Los temas tratados incluyen ataques a los opositores, justificaciones de la represión, y la promoción de las “bondades” del sistema socialista cubano.

Uno de los momentos más criticados de su carrera fue su papel durante las protestas del 11 de julio de 2021. Mientras miles de cubanos salieron a las calles exigiendo libertad y el fin de la miseria económica, Alonso utilizó su programa para desacreditar las manifestaciones, calificándolas de “desestabilización financiada por Estados Unidos”. Además, apoyó la narrativa de que los manifestantes eran delincuentes o agentes del “imperialismo”, una retórica que buscaba deslegitimar las legítimas demandas populares.


El rostro de la censura y la manipulación mediática

Bajo su liderazgo, “Mesa Redonda” no solo omitió informar sobre las violaciones de derechos humanos y la represión en Cuba, sino que también se convirtió en una herramienta de ataque contra figuras críticas del régimen, como periodistas independientes, artistas del movimiento San Isidro, y disidentes políticos. Randy Alonso ha sido señalado por su papel en la difusión de noticias falsas y campañas de difamación contra opositores cubanos dentro y fuera de la isla.

Fuentes cercanas han descrito a Alonso como un periodista completamente alineado con los intereses del régimen, incapaz de cuestionar la narrativa oficial. Su programa no permite el debate abierto ni la participación de voces disidentes, consolidándolo como un espacio exclusivo de propaganda.


Un futuro atado a la élite castrista

A pesar de los cambios generacionales en la política cubana, Randy Alonso sigue siendo una figura clave en los medios estatales. Su trayectoria refleja el control absoluto que el régimen ejerce sobre la información y la falta de libertad de prensa en Cuba. Para muchos, Alonso simboliza la complicidad de los periodistas oficialistas en la perpetuación de un sistema represivo y opresivo.


Conclusión

Randy Alonso Falcón es mucho más que un presentador de televisión; es un engranaje esencial en la maquinaria propagandística del régimen cubano. Su legado estará marcado por su papel en la manipulación mediática y la justificación de las violaciones de derechos humanos en la isla. Como figura pública, representa el lado oscuro del periodismo cubano: una práctica subordinada al poder y ajena a la búsqueda de la verdad.

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