Lázaro Alberto Álvarez Casas: El rostro represivo del Ministerio del Interior

HEROES Y VILLANOS

Lázaro Alberto Álvarez Casas, nacido el 29 de abril de 1963 en Pinar del Río, es el actual Ministro del Interior (MININT) de Cuba, un cargo clave en la maquinaria represiva del régimen castrista. Su nombramiento en 2020 marcó la continuidad del uso del aparato policial y de inteligencia como herramientas para sofocar cualquier disidencia y perpetuar el control del Partido Comunista sobre la isla.

Con más de tres décadas de experiencia dentro del MININT, Álvarez Casas ha consolidado una carrera basada en la lealtad absoluta al sistema y en la ejecución de políticas de represión contra la población cubana.


Inicios en el MININT

Álvarez Casas comenzó su carrera en el Ministerio del Interior en los años 80, escalando rápidamente dentro de la jerarquía gracias a su eficacia en la implementación de las directrices del régimen. Durante sus años iniciales, trabajó en áreas relacionadas con la inteligencia y la contrainteligencia, sectores fundamentales para mantener el control sobre cualquier forma de oposición.

En la década de 2000, asumió cargos de mayor responsabilidad, incluyendo la dirección de operaciones en Pinar del Río, donde coordinó la vigilancia y persecución de activistas y opositores. Esta experiencia le permitió demostrar su capacidad para manejar situaciones de “riesgo” político, consolidando su reputación como un cuadro confiable dentro del sistema.


El ascenso al poder

En 2017, Álvarez Casas fue nombrado viceministro primero del MININT, un cargo que lo colocó directamente en la línea de sucesión del entonces ministro Julio César Gandarilla. Tras el fallecimiento de Gandarilla en 2020, fue designado como ministro del Interior, consolidándose como una figura clave en la represión estatal.

Como ministro, Álvarez Casas supervisa todas las operaciones relacionadas con la seguridad interna, desde la vigilancia y el espionaje hasta el control de las fuerzas policiales y paramilitares. Bajo su dirección, el MININT ha intensificado el uso de métodos represivos, incluyendo detenciones arbitrarias, vigilancia masiva y juicios sumarios.


La represión durante las protestas del 11J

El 11 de julio de 2021, Cuba fue escenario de las mayores protestas en décadas, con miles de ciudadanos tomando las calles para exigir libertad y mejores condiciones de vida. La respuesta del MININT, bajo la dirección de Álvarez Casas, fue inmediata y brutal.

Las fuerzas policiales reprimieron las manifestaciones con violencia, utilizando golpes, gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes. Cientos de personas fueron arrestadas, muchas de ellas sometidas a juicios sumarios y condenas desproporcionadas.

El papel de Álvarez Casas en la represión del 11J lo convirtió en una figura particularmente odiada entre los opositores y activistas de derechos humanos. Su nombre se asocia con la impunidad y el abuso de poder, consolidando su reputación como un ejecutor de la maquinaria represiva del régimen.


El control total del aparato represivo

Como jefe del MININT, Álvarez Casas tiene bajo su control las fuerzas policiales, la inteligencia y contrainteligencia, así como las unidades especializadas en represión política. Esto incluye el Departamento de Seguridad del Estado (DSE), conocido popularmente como “la policía política”, que se encarga de vigilar, hostigar y perseguir a opositores, periodistas independientes y miembros de la sociedad civil.

El MININT también supervisa las prisiones cubanas, donde cientos de presos políticos enfrentan condiciones inhumanas. Las denuncias de tortura, aislamiento y falta de acceso a atención médica son constantes, y Álvarez Casas es directamente responsable de estas violaciones a los derechos humanos.


Un hombre de confianza del castrismo

Álvarez Casas ha demostrado ser un ejecutor eficiente de las políticas represivas del régimen, ganándose la confianza de Miguel Díaz-Canel y de los círculos más cercanos al poder. Su perfil discreto y su habilidad para manejar situaciones de crisis lo han convertido en un pilar del sistema, a pesar de la creciente presión internacional para que Cuba respete los derechos humanos.


Conclusión

Lázaro Alberto Álvarez Casas encarna el rostro más represivo del régimen cubano. Como jefe del MININT, es responsable directo de la vigilancia masiva, las detenciones arbitrarias y la represión de cualquier forma de disidencia. Su papel en las protestas del 11J y en el mantenimiento del aparato represivo lo coloca entre los principales violadores de derechos humanos en Cuba.

Mientras el pueblo cubano clama por libertad y justicia, Álvarez Casas continúa siendo un instrumento clave en la perpetuación de un sistema que oprime y silencia a millones de personas.

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